Consejos de invierno para tu coche.

Los consejos de invierno para el coche se repiten año tras año, pero justamente cada año el mal tiempo del invierno saca de la carretera a muchos conductores y sus respectivos coches. Para evitar que esta época del año te pase factura, conviene recordar estos puntos de revisión que protegerán tu coche en invierno.

1. Revisa la batería (y cámbiala si es necesario)

Con los cambios bruscos de temperatura, especialmente con el frío, la vida de la batería puede verse afectada. Más aún, con los consumidores eléctricos que montan los vehículos actuales, que prácticamente no dejan de demandar energía en ningún momento.

Por eso es importante revisar el estado de carga de la batería con la ayuda de un polímetro.

Se aconseja realizar tres mediciones tras haber hecho rodar el coche de 40 a 50 minutos, y luego de dejarlo reposar el mismo tiempo. Esas mediciones deben realizarse de la siguiente forma:

  1. Motor parado y polímetro fijado en corriente continua. La batería debe dar entre 12,5 y 12,9 V de diferencia de potencial, y como mínimo 0,2 A de intensidad.
  2. Motor al ralentí y polímetro fijado en corriente continua. La batería debe dar menos de 14,7 V y 0,25 A.
  3. Motor al ralentí y polímetro fijado en corriente alterna. La batería debe dar menos de 0,2 V y 0,04 A.

Si las mediciones incumplen los tres resultados, se recomienda sustituir la batería.


2. Comprueba los niveles de líquidos del coche: refrigerante, aceite, lavaparabrisas y frenos

Realiza estas mediciones con el motor frío y en un lugar razonablemente llano.

El líquido refrigerante tiene que estar entre las marcas de máximo y mínimo, igual que ocurre con el nivel del líquido de frenos. Si te toca rellenar líquido refrigerante, espera a que el motor esté frío. Si alguno de los dos niveles se ve demasiado bajo, no te conformes con rellenar el líquido, puesto que en principio esos niveles deberían mantenerse mínimamente estables. Además, en el caso de los frenos es recomendable sustituir el líquido y evitar así mezclas.

Para medir el nivel de aceite, extrae la varilla, límpiala con un trapo y ensártala de nuevo en su orificio. Al extraerla de nuevo verás por dónde está llegando el aceite, entre las marcas de máximo y mínimo de la varilla. Si debes añadir aceite, abre el tapón y echa aceite lubricante del mismo tipo que lleva tu motor, según marque el manual de instrucciones.

En cuanto al líquido lavaparabrisas, no hay nivel que medir. Simplemente echa líquido en el depósito hasta que llegue al cuello, antes del tapón. Es más recomendable usar un lavaparabrisas comercial, basado en etilenglicol, aunque sea de marca blanca, que una simple mezcla de agua y detergente, ya que el etilenglicol es un diol que, como hace el alcohol, se evapora fácilmente al rociar el parabrisas. De esta manera no se compromete tanto la visibilidad durante la conducción como lo hace una simple base acuosa.

3. Examina los limpiaparabrisas

Unas escobillas de limpiaparabrisas que no limpian el cristal, que hacen un ruido exagerado en mojado o que dejan cerco por donde pasan son unas escobillas que están pidiendo la jubilación a gritos. Si además presentan rotura en las lamas de goma, olvídate. Compra unas nuevas, antendiendo al modelo y año de tu coche, antes de desmontar nada fíjate bien en cómo van instaladas las que llevas ahora y dedica un rato a cambiarlas.

Y, cuando tengas las escobillas nuevas montadas, evita usar el limpiaparabrisas en seco o cuando el cristal esté cubierto de hielo. Te durarán mucho más.

4. Inspecciona los neumáticos

Revisar los neumáticos en invierno es vital para garantizar la adherencia del vehículo al asfalto y para evitar, en lo posible, pérdidas de control debido a un mal estado de las cubiertas. Controla en frío la presión de inflado, verifica que la profundidad del dibujo o escultura de la banda de rodadura no sea inferior a 3 milímetros (un valor de seguridad muy superior a los mínimos 1,6 milímetros exigibles por ley) y supervisa que la goma no presenta cortes o deformaciones.

Si en cualquier época del año esta es una actividad cotidiana, en invierno cobra mayor importancia, debido a las mayores exigencias a que se ven sometidos los neumáticos en la carretera.

5. Considera comprar un juego de neumáticos de invierno o unas cadenas para la nieve

Los neumáticos de invierno no sólo son un aliado contra la nieve o el hielo, sino que incluso bajo el sol demuestran un mejor comportamiento frente a los neumáticos de verano, cuando las temperaturas son inferiores a 7 ºC.

Si no es el caso en tu zona porque las temperaturas no son tan bajas por lo general, pero igualmente vives en un lugar donde existe riesgo de nevadas aunque sea de forma esporádica considera comprar unas cadenas y aprende a montarlas de forma anticipada, sobre suelo seco y en buenas condiciones de tiempo, siguiendo las indicaciones del fabricante. En el peor de los casos, se pasarán el invierno metidas en el maletero, pero siempre a punto por si te hacen falta.

6. Revisa el sistema de alumbrado

En cuanto a las luces del coche en invierno, vale lo dicho sobre los neumáticos. Son importantes durante todo el año, pero en invierno son cruciales ya que tenemos menos horas de luz natural, así que asegúrate de que funcionan todas.

No dudes en cambiar dos bombillas de un mismo tipo, por ejemplo las correspondientes a la luz de cruce, cuando se funda la primera. Al fin y al cabo, la misma antigüedad tiene la lámpara de la derecha que la lámpara de la izquierda. Y si tu coche es de esos que odian los mecánicos porque para cambiar una bombilla hay que desmontar medio coche, razón de más para que aproveches el viaje. También aprovecha el viaje al taller si por cualquier causa sospechas que los haces de luz no están correctamente alineados, y así evitarás deslumbrar a los demás, ver a menor distancia de lo que corresponde… o ambas a la vez.

7. Comprueba el sistema de frenado

Observa la zona del depósito del líquido de frenos, así como los conductos que salen de él. Si el material está reseco, esto puede ser indicativo de que es necesario cambiarlos. Si ves líquido por debajo o en la zona de las ruedas, es posible que tu coche esté perdiendo líquido de frenos.

Tanto las pastillas como los discos de los frenos sufren desgaste con el uso. Analiza ese desgaste con la ayuda de una linterna, prestando atención a la superficie de los discos, y aprovecha para verificar que no existen desperfectos o suciedad excesiva en ellos. En caso de duda, o si notas frenadas irregulares o tactos extraños al presionar el pedal, acude al taller para que realicen una revisión completa del sistema.

8. Revisa el botiquín

Un botiquín para coche debe contener:

  • gasas esterilizadas,
  • vendas elásticas,
  • guantes de vinilo,
  • alcohol o agua oxigenada,
  • tijeras,
  • pinzas,
  • imperdibles,
  • esparadrapo,
  • algodón,
  • apósitos (conocidos popularmente como tiritas en España o curitas en América, por lexicalización de las marcas comerciales respectivas).

9. Inspecciona los accesorios de invierno del coche

En invierno conviene llevar a bordo del coche:

  • rascador de hielo para el parabrisas,
  • manta térmica, útil para auxiliar heridos y por si realizas operaciones en condiciones adversas tales como montar cadenas sobre la nieve,
  • guantes de goma, por si tienes que montar cadenas o quitar nieve,
  • linterna, y pilas de repuesto o bien una linterna de dinamo,
  • agua y algún alimento energético (barritas de cereales o frutos secos).

10. Prepara el coche para pasar la noche en la calle

Pasar el invierno en la calle es algo que no le sienta bien a nadie. Pero como no todo el mundo tiene a su disposición un lugar a cubierto donde guardar su vehículo, conviene preparar el coche para pasar la noche en la calle.

En primer lugar, si vas a dejar el vehículo inmovilizado durante días quizá te interese comprar una de esas fundas para tapar el coche en invierno o, en general, cuando lo dejamos aparcado en el exterior durante un largo periodo de tiempo.

Si no es el caso, lo que sí se recomienda es lavar el coche con mayor frecuencia en invierno, sobre todo si ha nevado y en tu municipio se ha utilizado sal para el asfalto. Por otra parte, si en tu zona hiela intenta que las escobillas no queden en contacto con el parabrisas durante la noche, por ejemplo colocando una sábana que cubra el cristal y los retrovisores, dejando por encima los limpiaparabrisas.

Evita poner el coche en marcha sin tener visibilidad suficiente.

Arrancar el coche en invierno un poco antes de lo normal es un remedio que quizá no sea muy ecológico, pero nos puede ayudar a mejorar la seguridad. Antes de emprender la marcha, pon en marcha el motor para que se vaya calentando y así conseguir que funcione la calefacción o el climatizador, que utilizarás para desempañar los cristales del coche.

Por otra parte, si se ha helado el parabrisas y la capa de hielo es gruesa, mientras esperas a que la calefacción haga su efecto con el desempañador de cristales puedes rociar el parabrisas por su cara exterior con simple alcohol etílico (alcohol de botiquín) y de esta manera el hielo se descongelará con mayor facilidad.

11. Todo a punto antes de salir con frío y mal tiempo

Es importante que con mal tiempo te plantees los desplazamientos de un modo más preventivo que de costumbre. Así, se recomienda llevar el depósito de carburante lleno siempre que sea posible, ropa de abrigo preparada e incluso el cargador del móvil a punto por si surgiera cualquier imprevisto.

Presta atención a la información de carreteras que en España suministran organismos como DGT, RACC y otros a través de la radio, y planifica tus viajes dejando un mayor margen de tiempo por si sucede cualquier contingencia.

Una vez en ruta, permanece atento a la carretera y no te agobies con la hora de llegada. Mantén la tranquilidad en todo momento. Si el tiempo empeora, evita pasar puertos de montaña de noche, no improvises rutas que no conoces y no te adentres por carreteras menos transitadas, en previsión de cualquier problema que pueda surgir.

Y sobre todo piensa, más que nunca, que lo importante es llegar.

Por